“Si descuidamos esto, arruinamos todo. ¿Qué podemos lograr nosotros para reformar una congregación, si todo el trabajo tenemos que hacerlo solos y los cabezas de familias no cumplen la obligación que les corresponde? Si la obra del ministro comienza algún bien en el alma del miembro de una familia, el hecho de que dicha familia sea indiferente, mundana y no ore, lo apagará o dificultará en gran manera. En cambio, si podemos conseguir que los que gobiernan a su familia cumplan su parte haciéndose cargo de la obra donde nosotros la dejamos y prestan su ayuda, ¡cuánto bien puede resultar! … Por lo tanto, ¡les ruego que hagan todo lo que puedan para promover el cumplimiento de esto, si anhelan la verdadera reforma y el bienestar de sus iglesias locales”
Richard Baxter, El Pastor Reformado.

Propósito: Ayudar a los padres de familia a que ejerzan la labor pastoral a la que han sido llamados por el Señor en el seno de sus hogares (Gn.2:24-25; 12:1-5; Jos.24:15; Ef.5:23-33; 1 Cor. 14:35).
Misión: Con este fin, queremos recobrar la tradición puritana de la adoración familiar: una reunión semanal en la que el padre de familia dirige a los miembros de esta en un tiempo de adoración a Dios y meditación en las Sagradas Escrituras (Gn.18:19; Sal.78:1-8; Prov.1:8; 6:20; Mal.4:5-6; Ef.6:4).
Visión: Que los padres de familia ocupen su lugar en la jefatura espiritual de sus hogares, ministrando la Palabra, orando por su esposa e hijos y sirviéndoles en amor (Mal.4:5-6; Ef.5:23-33).

Dinámica de Trabajo

  • Convocar a todos los padres de familia que deseen comprometerse a restaurar la adoración familiar. Todo hombre casado está invitado a participar, sea cual sea su etapa familiar.
  • Proveer las pautas y el material necesario para realizarlo. Se propondrán distintas opciones dependiendo de la etapa familiar correspondiente y las necesidades propias de la familia.
  • Realizar una rendición de cuentas semanal a través de un grupo de WhatsApp.
  • Agendar una reunión bimensual para compartir nuestras experiencias y orar unos por otros.

En qué consiste la Adoración Familiar

Las Escrituras enseñan con claridad que el marido es el principal responsable de la santificación de su esposa (Efesios 5:25-27) y de la educación de sus hijos (Deuteronomio 6:4-9; Efesios 6:4; Salmos 78:1-8).
Aunque esta labor exige mucho más que un culto familiar, es bueno comenzar por el fundamento. Por adoración familiar nos referimos a un culto familiar semanal en el que el padre de familia preside a los suyos en un tiempo de adoración a Dios y meditación en las Escrituras. Este tiempo involucra la oración familiar, la lectura bíblica, la meditación y el canto familiar. Todo ello con sencillez y alegría de corazón.
Esta práctica fue desarrollada especialmente por los ingleses puritanos de los siglos XVI al XVIII. Debido a las olas de persecución experimentadas por los creyente en aquellos tiempos, había temporadas en las que la iglesia no podía congregarse, y el único culto posible era el que tenía lugar en el seno de los hogares. De modo que la adoración familiar fue lo que sostuvo a la iglesia en tiempos de gran presión social.

Estructura de la Adoración Familiar

Aunque a seguir propongo una estructura definida, debemos reconocer que hay mucha flexibilidad en este asunto. Dependiendo de las circunstancias familiares, tanto la frecuencia de los cultos como la estructura de estos puede variar considerablemente. De todos modos, considero que es importante que se establezca un hábito familiar (día y hora concretos, además de un modelo sencillo que se pueda seguir).

  • Comienza con una breve oración.
  • Lectura bíblica y comentarios cortos.
  • Un canto de alabanza.
  • Oraciones los unos por los otros.

La oración inicial debe presentar el culto al Señor. Para la reflexión bíblica hay distintas opciones: i. Repasar el sermón del domingo; ii. Utilizar el material que se propondrá; iii. Seguir una lectura bíblica que el padre considere oportuna en su hogar. En lo que se refiere a la alabanza, aquellos que tengan dones musicales, pueden utilizarlos en ese tiempo; los que no los tengan, pueden aprovechar el internet. En la medida de lo posible, las oraciones finales deben ser realizadas por todos los miembros del hogar.

Consejos para la Adoración Familiar

  • El padre de familia debe presidir la reunión. Esto no significa que deba hacerlo todo, pero implica que debe dirigir el curso de la reunión (indicando quién ora o quién lee…). Los comentarios del texto bíblico deben ser realizados por él, con la posible aportación de otros.
  • En el caso de que el padre de familia esté ausente o enfermo, la madre debe tomar su lugar.
  • Se debe marcar el día y la hora de la reunión. Dejarlo en abierto no ayudará a realizar la tarea. Dicho esto, hay familias que pueden optar por otro modelo de adoración familiar más frecuente (Ejemplos: i. Leer la Biblia y orar juntos todos los días después del almuerzo o antes de dormir; ii. Meditar en el sermón congregacional y orar juntos los domingos por la tarde; etc.). Sea como fuere, el consejo es tener alguna forma de disciplina establecida.
  • Tengamos cuidado para no cansar ni aburrir a los niños. Si tenemos niños pequeños en la familia, debemos tener tiempos breves y dinámicos. La reflexión bíblica no debe ser larga y las oraciones tampoco se deben exceder. Evidentemente esto es orientativo. Lo importante es que tengamos en cuenta a los más pequeños.
  • El marido debe ministrar a su esposa y no sólo a los niños. El marido puede verse tentado a ministrar y a orar sólo por sus hijos. Esto no es correcto. La reflexión bíblica y la oración deben tener en cuenta a la esposa. Ella necesita la ministración de su marido.
  • La Adoración Familiar debe estar abierta para recibir a otros invitados. Este puede ser un tiempo oportuno para tener a vecinos y amigos inconversos en el hogar. También podemos invitar a hermanos de la Iglesia que no tienen familia para participar con nosotros en el culto familiar.
  • No nos desanimemos con los tropiezos y con la lentitud del avance. Si por alguna razón somos negligentes una semana, pidamos perdón y sigamos adelante. Por otra parte, reconozcamos que puede haber momentos de mucha bendición y otros más difíciles de sobrellevar. Sigamos adelante. El mero hecho de hacerlo ya es una gran victoria. ¡Tengamos gran esperanza!

Necesidad de la Adoración Familiar

“Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?” (Salmos 11:3).
Muchos cristianos se sienten paralizados ante la deriva de la sociedad actual. En la era de los “ismos” – relativismo, feminismo, pluralismo, etc. – y de los “post.” – post cristianismo, posverdad, posmodernidad, etc. – los cristianos sinceros no saben qué hacer. Son pocos los que tienen los recursos y las plataformas adecuadas para buscar un cambio dramático en el curso de las cosas. Esto los desanima, les hace sentir que no hay nada que puedan hacer. No debería ser así. Todo creyente puede y debe hacer lo que le corresponde para reedificar los principios bíblicos que glorifican a Dios y restauran a las sociedades.
Josué vivió tiempos difíciles para la nación de Israel. Los hijos de aquellos que habían sido fieles bajo el liderazgo de Josué se habían apartado del Señor para seguir a falsos dioses. Los padres no habían hecho una buena labor. Lucharon por conquistar la tierra, pero descuidaron a sus hijos. En semejante estado, Josué se levantó para marcar un camino diferente. Sigamos su ejemplo, cuando dijo a la nación:
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” Josué 24:15
Los padres de familia tienen un rol clave en la iglesia y en la sociedad. Sobre ellos recae la responsabilidad de ejercer la jefatura bíblica de sus hogares, pastoreando amorosamente a su esposa e hijos. El seno familiar es el núcleo central de la sociedad, establecido por Dios para la enseñanza de su Palabra y la educación en el carácter de Cristo. Ese es el lugar en el que los hijos aprenderán el diseño divino para sus vidas y se ejercitarán en el uso de los dones y talentos que Dios les ha otorgado para su desarrollo y alegría. Es en ese ambiente en el que serán confrontados con su desobediencia y pecado y llevados a descansar en la cruz de Cristo. El hogar es el lugar en el que comienza la salud de la iglesia y la sociedad, y los padres son la pieza clave. Si ellos ocupan su lugar la gracia de Dios se derramará sobre toda su familia.
La mayor necesidad de la sociedad actual es la de padres, de padres espirituales. Estos son hombres que abrazan sobre sí la responsabilidad de pastorear espiritualmente a sus familias, ministrando la Palabra, confrontando el error y proveyendo del consejo sabio sobre cómo debemos vivir. Esto sólo es posible cuando los padres están comiendo de las Escrituras, viviendo en oración, teniendo comunión con la iglesia, y esforzándose con ahínco contra los muchos enemigos que se levantarán en el camino. Estoy convencido de que padres que ocupen este lugar podrán ser instrumentos poderosos para la proclamación del evangelio, la extensión del Reino de Dios y la redención de esta rota y agonizante sociedad.

Beneficios de la Adoración Familiar

  • Glorifica a Dios en el hogar al dar-Le la preeminencia.
  • Demuestra amor espiritual por la esposa.
  • Protege a los hijos del pecado al instruirlos en la Palabra.
  • Produce verdadero gozo en el hogar.
  • Prepara y consuela a la familia en los momentos de prueba.
  • Influye poderosa y eficazmente en toda la sociedad.