Pregunta 33: ¿Deberían aquellos que están en Cristo buscar su salvación mediante sus obras o de alguna otra forma?

«No, no deberían, ya que todo lo necesario para la salvación se encuentra en Cristo. Buscar la salvación mediante las buenas obras es negar que Cristo es el único Redentor y Salvador».

AGOSTO 14

Hoy deseo compartir cuatro evidencias de un corazón que está descansando en otras cosas – religión, dinero, temores de hombres, etc. -, y no en sólo Cristo.

Consideremos brevemente cada una de ellas:

i. CONDENACIÓN. Por condenación no me refiero al pecado consciente del que debemos arrepentirnos, sino al continuo sentimiento de que, por mucho que me esfuerce, nunca doy la talla, siempre lo hago mal. Esta es una evidencia clara de justicia propia, de falta de confianza en la justicia del Hijo.

ii. DESALIENTO. El desaliento viene de rendirme ante el desesperado intento de dar la talla y no conseguirlo. Llego a la conclusión de que la vida cristiana es imposible, que las demandas son altísimas. Esto se debe a que las fuentes en las que busco mis fuerzas se encuentran en m mismo, y no en el amor del Padre y la justicia del Hijo.

iii. JUICIO/DEMANDA. Comienzo a juzgar y demandar de los demás aquello que ni yo mismo puedo cumplir. Mis relaciones personales se encuentran en continua presión – no hay amor -; envidias, rencores y pleitos las caracterizan.Estas son evidencias de una justicia propia fuerte.

iv. APATÍA. Esta es una evidencia grave de dureza de corazón. Comienzo a apartarme de Dios porque, aunque no lo reconozca, le considero un tirano distante. Esto manifiesta un orgullo fuerte y una rebelión que comienzan a dominar el alma. Esta es la imagen que Satanás – el padre de la mentira – nos propone de Dios.

¿Qué hacer? ¡Arrepentirse! Pero esta es una clase de arrepentimiento del todo deseable: es aceptar humildemente nuestra banca rota – que ni damos ni daremos la talla – y abrazar a Jesucristo. Él jamas rechazará al que se acerque no este corazón. Si lo haces, ¡ríos de agua viva fluirán de tu interior!

Leer: Juan 7:37-39.

Audio Pregunta 33.3