Pregunta 9: ¿Qué es lo que Dios exige en el primer, el segundo y el tercer mandamiento?

En el primero, que conozcamos a Dios y confiemos en Él como el único Dios vivo y verdadero. En el segundo, que evitemos toda idolatría y no adoremos a Dios inapropiadamente. En el tercero, que tratemos el nombre de Dios con temor y reverencia, honrando también su palabra y sus obras.

FEBRERO 28

El tercer mandamiento nos llama a no tomar el nombre de Dios en vano. El aspecto positivo de esta Ley implica tener una actitud temerosa y reverente delante de Dios. Tanto en nuestros pensamientos, como en nuestras palabras, debemos demostrar temor santo ante la majestad divina. Si en siglos pasados la iglesia pecaba de falta de jovialidad y familiaridad cristiana, hoy en día pecamos de ser excesivamente superficiales y frívolos. Cuando las gentes entran a nuestras iglesias, a nuestros hogares, o sencillamente tienen una charla con nosotros, deben notar que nos sabemos en la presencia de un Dios que es santo y digno de todo nuestro respeto.

Leer: Hebreos 12:18-29.

Audio Pregunta 9.4

Pregunta 9: ¿Qué es lo que Dios exige en el primer, el segundo y el tercer mandamiento?

En el primero, que conozcamos a Dios y confiemos en Él como el único Dios vivo y verdadero. En el segundo, que evitemos toda idolatría y no adoremos a Dios inapropiadamente. En el tercero, que tratemos el nombre de Dios con temor y reverencia, honrando también su palabra y sus obras.

FEBRERO 27

En el segundo mandamiento se nos prohíbe hacer cualquier imagen que intente representar a Dios, ni postrarnos ante ellas u honrarlas. Esto se debe a que cualquier imagen que hagamos de Dios distorsionará su persona y carácter. El pueblo de Israel se postró ante el becerro de oro como si fuese Jehová. Tal vez pensaban ver en esa imagen el poder de Dios, su potencia con la que les libró de Egipto. Pero, ¿cómo ver su gracia, bondad y compasión en semejante imagen? ¡No se pueden ver en un becerro! (ejemplo de J.I. Packer, «El conocimiento del Dios Santo»). Cualquier imagen que hagamos de Dios distorsionará nuestro conocimiento de Él. Por esta razón, debemos ceñirnos a las Escrituras y permitir que ella moldee nuestro conocimiento de quién es Dios. ¡Vayamos constantemente a la Biblia!

Leer: Éxodo 32:1-35.

Audio Pregunta 9.3

Pregunta 9: ¿Qué es lo que Dios exige en el primer, el segundo y el tercer mandamiento?

En el primero, que conozcamos a Dios y confiemos en Él como el único Dios vivo y verdadero. En el segundo, que evitemos toda idolatría y no adoremos a Dios inapropiadamente. En el tercero, que tratemos el nombre de Dios con temor y reverencia, honrando también su palabra y sus obras.

FEBRERO 26

En el primer mandamiento Dios nos llama a luchar contra toda forma de idolatría en nuestros corazones. Fuimos creados para Dios, para conocer-Le, confiar en Él y disfrutar de Él para siempre. La gran tragedia del hombre es que, habiéndonos apartado de Dios, hemos puesto las cosas creadas en su lugar en nuestros corazones. Le atribuimos a las cosas creadas verdades que conciernen sólo a Dios y pasamos a confiar en ellas. Nos postramos delante del dinero, el trabajo, amistades, familia, y ¡terminamos por ser esclavos de estas cosas! La única manera de ser libre de eso es acudir a la Palabra de Dios – afianzados nuestros corazones en la cruz – y pedir que la belleza de la gloria divina, y de sus promesas, disipen las mentiras y la oscura belleza de los ídolos de nuestro corazón. ¡Bebamos hoy de su Palabra!

Leer: Salmos 73.

Audio Pregunta 9.2

Pregunta 9: ¿Qué es lo que Dios exige en el primer, el segundo y el tercer mandamiento?

En el primero, que conozcamos a Dios y confiemos en Él como el único Dios vivo y verdadero. En el segundo, que evitemos toda idolatría y no adoremos a Dios inapropiadamente. En el tercero, que tratemos el nombre de Dios con temor y reverencia, honrando también su palabra y sus obras.

FEBRERO 25

Los diez mandamientos son un resumen de todas las leyes del Antiguo Testamento. Ellos están divididos en las dos tablas de la Ley. La primera de ellas – los primeros cuatro mandamientos – tratan de nuestra relación con Dios, nos enseña cuál debe ser nuestra respuesta ante la majestad y la santidad de Dios. El resumen de esta tabla es que debemos amar a Dios por encima de todas las cosas. La segunda tabla de la Ley – los últimos seis mandamientos – enfatiza nuestra relación con nuestro prójimo. Se resume en amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

En el orden de estas dos tablas aprendemos que nuestra relación con Dios es lo más importante. En un mundo tan preocupado con la segunda tabla de la Ley – robo, corrupción, adulterio, violencia, avaricia, etc. – debemos recordar que ser reconciliados con Dios, y andar en comunión con Él, es las mayor necesidad del hombre.

Leer: Deuteronomio 6:13-14.

Audio Pregunta 9.1

El texto a seguir fue redactado por R.C. Sproul, quien resume el pensamiento del teólogo reformado Juan Calvino, en su libro «Las grandes doctrinas de la Biblia».

«Todo cristiano debe debatirse con la pregunta: ¿Cómo se aplica la ley del Antiguo Testamento a mi vida? ¿La ley del Antiguo Testamento es irrelevante para el cristiano o en algún sentido todavía hay porciones de ella que me obligan? La necesidad de responder a esta pregunta se vuelve más apremiante y urgente en la medida que la herejía del anti-nomianismo se extiende en nuestra cultura.

La Reforma se fundó sobre la gracia y no sobre la ley. Sin embargo, los reformadores no repudiaron la ley de Dios. Juan Calvino, por ejemplo, escribió lo que se conoce como «La triple función de la ley» para mostrar la importancia de la ley en la vida cristiano.

El primer propósito de la leyes ser un espejo. Por un lado, la ley de Dios refleja la perfecta justicia de Dios. La ley nos dice mucho sobre quién es Dios. Pero, incluso más importante que esto, además la ley ilumina la pecaminosidad humana. Agustín escribió: «La ley nos ordena que luego de intentar hacer lo que ha sido ordenado, y sintiendo así nuestra debilidad bajo la ley, podamos aprender a implorar la ayuda de la gracia”. La ley resalta nuestra debilidad para que busquemos la fuerza en Cristo. La ley actúa como un profesor severo que nos conduce a Cristo.

El segundo propósito de la leyes guardarnos del mal. La ley, por sí misma, no puede cambiar los corazones humanos. Puede, sin embargo, servir para proteger a los justos de los injustos. Calvino dijo que este propósito es conveniente «para que aquellos que no aprecian para nada lo recto y lo justo, a no ser que sean obligados, sean obligados al menos por las acusaciones de la ley y el temor de las penas”.  La ley permite que haya en cierta medida un grado de justicia sobre esta tierra, hasta que el juicio final sea llevado a cabo.

El tercer propósito de la leyes revelar lo que le agrada a Dios. Como hijos renacidos de Dios, la ley ilumina nuestras mentes sobre 10 que le agrada a nuestro Padre, a quien buscamos servir. El cristiano se deleita en la ley del mismo modo que Dios se deleita en ella. Jesús dijo: «Si me amáis, guardad mis mandamientos«  (Jn. 14:15). Esta es la función más elevada de la ley, servir como un instrumento para que el pueblo de Dios lo pueda honrar y glorificar.

Al estudiar la ley de Dios y meditar en ella, estamos asistiendo a la escuela de la justicia. Aprendemos qué es lo que le agrada a Dios y qué es lo que le ofende. La ley moral que Dios revela en la Escritura nos compromete. Hemos sido redimidos de la maldición de la ley de Dios, pero no de nuestro deber de obedecerla. Hemos sido justificados, no porque hayamos obedecido la ley, sino para que podamos ser obedientes a la ley de Dios. Amar a Cristo es guardar sus mandamientos. Amar a Dios es obedecer su ley.»

Fuente del material: http://www.hombrereformado.org/grandes-doctrinas-de-la-biblia—r-c-sproul/91-la-funcion-triple-de-la-ley

Pregunta 8: ¿Cuál es la Ley de Dios resumida en los Diez Mandamientos?

«No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo, ni nada semejante a lo de arriba en el cielo ni a lo de abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Honra a tu padre y a tu madre. No mates. No cometas adulterio. No robes. No des falso testimonio. No codicies.»

FEBRERO 23

Al meditar a modo general en los Diez Mandamientos, oremos:

1. Agradecidos a Dios por discipularnos a través de su ley.

2. Pidiendo que el temor de Dios habite en nuestros corazones y en medio de su pueblo.

3. Pidiendo sabiduría para aplicar la Ley de Dios en cada área de nuestras vidas.

4. Confesando a diario nuestros pecados.

5. Rogando para que la Ley de Dios continúe trayendo alguna medida de temor a la sociedad en la que vivimos.

Pregunta 8: ¿Cuál es la Ley de Dios resumida en los Diez Mandamientos?

«No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo, ni nada semejante a lo de arriba en el cielo ni a lo de abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Honra a tu padre y a tu madre. No mates. No cometas adulterio. No robes. No des falso testimonio. No codicies.»

FEBRERO 22

La Ley de Dios es determinante en la vida del hombre. Su obediencia o transgresión tiene consecuencias masivas. Puede que estemos con problemas graves en el matrimonio, en la crianza, en los estudios o en nuestras fianzas… puede que no estemos viendo frutos en el ministerio que Dios nos ha dado. ¿De dónde vienen esos problemas? Es posible que se deba a nuestra desobediencia a la voluntad de Dios. Puede que lo hagamos por ignorancia, o por desobediencia abierta al mandamiento divino. La única solución a ello es que acudamos a las Escrituras y pidamos consejo para aprender la Ley de Dios y ponerla por obra. Sé sabio y acude hoy a su Ley.

Leer: Proverbios 4:20-27.

Audio Pregunta 8.5

Pregunta 8: ¿Cuál es la Ley de Dios resumida en los Diez Mandamientos?

«No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo, ni nada semejante a lo de arriba en el cielo ni a lo de abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Honra a tu padre y a tu madre. No mates. No cometas adulterio. No robes. No des falso testimonio. No codicies.»

FEBRERO 21

La tercera obra de la Ley – según Calvino – tiene que ver directamente con el cristiano. La Ley para los creyentes es como la carta amorosa de un padre que nos enseña cómo debemos y podemos vivir. Si antes la Ley nos aplastaba con su peso, ahora, vestidos de la justicia de Jesucristo, y en el poder del Espíritu Santo, somos capacitados para obedecerla con gran alegría. Es verdad que no siempre experimentamos esa realidad, pero eso se debe a que perdemos de vista el evangelio y el poder del Espíritu obrando en nosotros. Recuerda en el día de hoy que el Padre te ha dado todo lo necesario para que andes en verdadera y creciente obediencia.

Aquellos que ya sois justos, ¡andad en justicia!

Leer: Romanos 6:20-23.

Audio Pregunta 8.4

Pregunta 8: ¿Cuál es la Ley de Dios resumida en los Diez Mandamientos?

«No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo, ni nada semejante a lo de arriba en el cielo ni a lo de abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Honra a tu padre y a tu madre. No mates. No cometas adulterio. No robes. No des falso testimonio. No codicies.»

FEBRERO 20

La primera función de la Ley – según Juan Calvino – es llevarnos al arrepentimiento. Calvino le da por nombre la función evangélica de la Ley. Esto acontece cuando la perfección, belleza y dulzura de la Ley contrasta con nuestra rebelión e impiedad. Cuando el hombre intenta sinceramente vivir conforme a los parámetros de la Ley de Dios, percibe su completa incapacidad al respecto. No porque la Ley demande lo imposible, sino porque su corazón es contrario a la santidad de Dios. La enemistad de nuestros corazones delante de Dios se hace evidente de cara a la bondad de su Ley. De este modo, el hombre es llevado a desesperar de su condición y a rogar fervorosamente por un Salvador.

¡Gracias damos a Dios por Jesucristo, nuestro Salvador!

Leer: Romanos 7:7-24.

Audio Pregunta 8.3