Hoy retomamos la lectura del Salmo 1. Este salmo nos enseña la senda de la vida feliz y fructífera delante de Dios. Esta es una vida que evita la argumentación del malo (consejo de malos), su forma de vida (camino de pecadores) y su carácter (senda de escarnecedores). Antes, ella se deleita y medita asiduamente en la Palabra de Dios (v.2-6).

Leamos el texto y meditemos en él. Salmos 1:

«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejos de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la Ley de Jehová está su delicia, y en su Ley medita de día y de noche.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará.

No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.

Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.

Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá.»