Después de que el domingo pasado predicase acerca de la necesidad de un nuevo corazón (Ezequiel 36:25-27), una hermana de la congregación me hizo una pregunta inteligente. Ella quería saber si la dádiva del nuevo corazón es un acto puntual o es algo que necesitamos todos los días. En otras palabras, ¿debemos pedirle a Dios que nos dé un corazón nuevo a cada día? La pregunta encuentra sus raíces en las Escrituras. Y es que, en ocasiones, la Biblia habla de ello como un evento único y puntual (Jn.1:11), mientras que, en otras, apunta a un proceso diario (Ef.4:24). ¿Cómo responder a esta pregunta?

Primero, decimos que la dádiva del nuevo corazón es un evento único, puntual. Acontece en el nuevo nacimiento (1 Jn. 1:5). El Espíritu de Dios interviene en nuestro fuero interno cambiando el principio pecaminoso adámico que nos dominaba por un nuevo principio de vida que se deleita en Dios y en su voluntad (Rm.8:2). A esto se refiere el profeta cuando habla de un cambio de corazón. Se nos quita el corazón de piedra y se nos otorga uno de carne (Ez.36:26). La Biblia también lo explica como la muerte del viejo hombre en la cruz y la nueva vida en Cristo (Rm.6:6). De modo que somos nuevas criaturas (2 Cor.5:17). En este sentido, no estamos ante un proceso, sino ante un acto puntual, definitivo, consumado.   

Dicho esto, la Escritura también habla de la necesidad diaria de vestirnos del nuevo hombre (Ef.4:24), y de cómo este nuevo hombre se va renovando hasta el conocimiento pleno (Col.3:9-11). En estos versículos se indica que este nuevo principio de vida que ha sido implantado en nosotros debe crecer. No estamos ante una realidad estática. Así como el pequeño brote de un sicómoro culmina en un árbol frondoso, la vida espiritual del cristiano debe desarrollarse hasta la plena madurez de Cristo. El pecado que aún reside en nuestros miembros debe ir cediendo ante este nuevo principio de santidad que ha sido implantado. Por eso, la mayor evidencia de que hemos nacido de nuevo es el fruto creciente de santidad.

Pr. Pedro Blois

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