Pensamientos: Meditación IV

“¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras” Lucas 24:32

Jesús podía haber consolado el corazón de sus dos discípulos dándose a conocer desde el principio, pero no lo hizo. Ambos iban cabizbajos de Jerusalén a Emaús, lamentando la fatídica muerte de Jesús. Habían perdido toda esperanza. Jesús se acercó a ellos, “mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen” (Lc.24:16). ¿Por qué fue así? ¿Por qué no darles una experiencia inmediata con Él capaz de disipar al instante su agonía? ¿Por qué ese largo camino hasta Emaús sin la visión de Jesucristo, sin la experiencia palpable de su presencia? La razón es clara: porque Jesús quería que aprendiesen a meditar en las Escrituras, a descansar su fe en la Palabra. Por eso, leemos que “comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lc.24:27).

No hay creyente que no haya deseado una visión inmediata de Jesucristo que alivie sus agonías, que no haya clamado por una experiencia mística que aplaque sus dudas y lo libere de sus miserias. Y Dios puede hacerlo. Pero hay algo mejor. Jesucristo nos lleva por el valle de la tribulación para enseñarnos la Escritura, para afianzar nuestra fe en aquella verdades inmutables, que nada tienen que ver con el estado subjetivo de nuestras almas. Y os aseguro que, de este lado de la eternidad, no hay lección más valiosa.

Ahora vivimos por fe, no por vista. A la fe le seguirá la vista; pero, en este peregrinar, es la fe la que nos salva. Es por esta fe en la verdad que la belleza de la imagen de Cristo es formada en nuestros corazones, y a ella le acompaña una mayor esperanza (Rm.8:3-5). Cristiano que avanzas cabizbajo a Emaús, abre la Biblia y medita, considera lo que dice de Jesucristo de Génesis a Apocalipsis; y antes que logres percibirlo, Jesús se hará presente delante de ti: “Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron” (Lc.24:31).

Pedro Blois