“Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas…” Sl.1:3

El cristiano pendrive es muy distinto al cristiano árbol. El primero almacena información para transmitirla, sin que haya un cambio sustancial en su naturaleza. El segundo, por su parte, procesa la información que ha recibido para compartirla a modo de fruto. La Escritura nos llama a ser cristianos árbol. Ella nos invita a andar conforme a la verdad del evangelio. Nos preguntamos, entonces, cómo ser esa clase de creyente.

La respuesta encontramos en el Salmo 1. La meditación asidua en la Palabra de Dios es la clave para una absorción adecuada de la verdad. Por ella, el conocimiento que aprendemos en las Sagradas Escrituras cambia los afectos del corazón y promueve en nosotros toda obediencia cristiana. Es la meditación asidua en la verdad lo que nos provee de un tronco vigoroso y de fruto abundante. Es por la meditación que la semilla de la verdad abre surcos en el alma y produce cambios que permanecen. Esta es la razón por la que, en el proceso de santificación, es clave la renovación del entendimiento (Rm. 12:12; Ef.4:23). Esta renovación no acontece sin una meditación continuada en las verdades de las Escrituras.

La falta de meditación es la razón por la que muchos creyentes sacan poco provecho de su lectura bíblica. Leen mucho pero procesan poco, o casi nada, de lo que han leído. La meditación bíblica es la consideración detenida y prolongada de la verdad adquirida, de modo que pueda ser aplicada, con el auxilio del Espíritu Santo, en cada aspecto de nuestras vidas. Ella no nos permite conformarnos con un acercamiento superficial a la verdad. Tampoco nos deja satisfechos con buenas definiciones de la doctrina bíblica. La meditación exige un compromiso del corazón que nos empuja al seguimiento. De este modo, a la preeminencia de la verdad le acompaña el necesario fruto del amor. No conoce el evangelio quien no llegue a esto. La meditación no es una opción, ella es fundamental en la vida cristiana. Escuchad al Padre:

“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones” Proverbios 4:20.  


Pedro Blois

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Francisco Noguera
1 month ago

Que buen pensamiento sobre la meditación en la Palabra de Dios, disciplina espiritual tan importante. Si pusiéramos MÁS en práctica la meditación en la Palabra de Dios, cómo nos indica la propia Palabra de Dios, creceríamos como ROBLES ESPIRITUALES cómo leemos en el Salmo 1. Que bueno sería una IGLESIA llena de ROBLES ESPIRITUALES. Gracias Pedro por compartir estos pensamientos.